¿Ladrillo o pladur?

En el momento de pensar en la construcción de una vivienda nueva o una reforma, suele surgir la duda entre la utilización de pladur o ladrillo, la opción más tradicional. Cada persona debe elegir dependiendo de sus necesidades, por lo que en este post os ofrecemos ciertos criterios para elegir.

En primer lugar, se tiene que tener en cuenta el transporte del material. Por ejemplo, si se va a realizar una reforma en una planta alta de un edificio antiguo, puede suponer un problema subir las placas de pladur hasta la vivienda, ya que al ser de un tamaño muy grande es difícil introducirlo en ascensores antiguos o subir por escaleras muy estrechas. En cambio, con los ladrillos, su reducido tamaño permite que se hagan muchos viajes, aunque hay que pensar en su peso y la cantidad de materiales necesarios para su instalación.

La ejecución de ambos es bastante diferente. En el caso de los tabiques, generan muchos residuos que habrá que retirar. En este mismo aspecto, el pladur crea escombros menos voluminosos y pesados ya que son placas enteras. Este último también tiene la ventaja de la velocidad y la facilidad de su ejecución. Eso sí, se debe tener en cuenta de colocarlo separado del suelo para evitar humedades (problema que no se presenta en el otro tipo). Los tabiques llevan más tiempo de colocación y puede ser un poco complicado ponerlos perfectamente, además que se debe planificar muy bien su sitio de colocación. Finalmente, estos tienen una gran capacidad de resistencia que el pladur no proporciona. Para terminar, cabe mencionar que la mayor ventaja del pladur es el acabado, ya que queda liso para pintar, no como el ladrillo que necesita una capa de yeso para el correcto acabado.

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